Los días previos a la final de la Copa Libertadores entre Boca y Fluminense estuvieron cargados de tensión, y de agresiones por parte de hinchas brasileños a fanáticos argentinos. La policía también participó, con represiones a los “xeneizes”, y esa imagen se repite en estos momentos, en la entrada del Maracaná.
Desde muy temprano, miles de fanáticos boquenses coparon los alrededores del mítico estadio de Rio de Janeiro, para poder ingresar y ocupar su lugar en la tribuna. Pero se encontraron, lamentablemente, con una respuesta policial totalmente desmedida.
El personal de seguridad brasileño, montado a caballo, reprimió a un grupo importante de argentinos, disparando balas de goma, y arrojando gases lacrimógenos. Incluso, según los distintos videos que se difundieron, los efectivos apuntaron con sables a muchos de los “xeneizes”, incluidos padres con niños chicos.
En parte, la policía local se vio sobrepasada porque, según reportan periodistas tanto brasileños como argentinos, mucha gente intentó ingresar al estadio sin entradas. En otros casos, además, fanáticos argentinos denunciaron haber sido estafados, adquiriendo tickets falsos.
La violencia entre hinchadas, también presente
La agresión por parte de los fanáticos del Fluminense hacia los hinchas argentinos, otra postal de los últimos días, también se dio también el día de hoy.
Temprano, cientos de fanáticos de Boca se trasladaron hacia el subte, para encaminarse rumbo al estadio. Mientras pasaban por la zona en colectivo, barras del “Flu” decidieron abandonar su propio transporte, para atacar a los argentinos, lo que generó corridas en las escaleras del subte.